Actualmente, el ser humano no
tiene control de la gestión de sus emociones y decae en un sistema en el que
termina destruyéndose a sí mismo. Esto
debido a que la falta o desconocimiento de gestión de las emociones son el
origen y descontrol de enfermedades tales como la adicción al alcohol… cada día
se quiere más y más.
Pero llega un
momento en el que la vida lo cuestiona y no se tiene respuesta, una
consecuencia de ello es no estar preparado para los golpes de la misma, y se
termina siendo un muerto en vida… “sin respuestas y sin muchas interrogantes”, de
esa forma se pierde esa frágil facultad
de sentir, por ende, se presenta la decadencia del ser humano.
Así es como el hombre se pierde
en la profundidad de los mares agitados de sus pensamientos, al ver lo absurdo
de su conocimiento, el cual es simple.
“Abundancia de sentimientos positivos”
Aquí está el secreto que hace
mover al mundo, “los sentimientos positivos”, ¡estos son el verdadero y profundo
conocimiento de la verdad! Y todo
verdadero conocimiento es la luz de nuestra consciencia donde habita la
Divinidad.
“El valor de la esencia es la
introspección de creer y encontrarse a sí mismo”.
A través de la experiencia de
vivir y buscando en la filosofía una reflexión más que lógica… sino más bien una
reflexión espiritual, la respuesta de uno mismo, al “ser y la nada”; así como
el valor ontológico que nos ofrece otra opción - el “ser y tener”. En donde a
través de la muerte del ego, el ser
humano encuentra su supremo interés en la vida y procede a atender los valores
de su ser humano y no deja de lado su espíritu;
lo lleva a la reflexión en la sensibilidad de la luz de la consciencia,
por medio de una introspección en donde encuentra vida antes, durante y después
de la vida.
Los orientales tienen una
filosofía diferente e infinitamente más universal: ellos saben que cada ser
humano es un puntito de luz que pertenece a una esfera luminosa, una especie de
“todo celestial”.
¿Por qué Dios nos creó?
"Tan grande y bello es Dios, que
nos creó de su luz y nos hizo de una parte de él, así nos otorga un don… el de
la elección: si morir en nosotros o resucitar en él".
Con Sentido Humano
Comentarios
Publicar un comentario