No soy libre cuando…
Hago lo que quiero, cuando quiero.
La responsabilidad es igual a capricho e independencia.
La personalidad equivale a extravagancias y rarezas.
Tiene gran personalidad el que se aferra siempre, y sin
entender razones a sus propias ideas.
Toda prohibición, mandato o ley anula la propia libertad.
Soy libre cuando…
Cuando amo lo que hago y cuando hago solo lo que amo.
Cuando después de haber amado la vida y a los hombres, ellos
son más libres y yo menos esclavo.
Cuando acepto la libertad de los otros.
Cuando no existe un precio a mi libertad.
Soy libre si mi única ley es el amor.
Soy libre cuando sé darme a otros sin exigir poseerlos.
Soy libre cuando sigo diciendo… ¡no! a la opresión.
Soy libre cada vez que defiendo con convicción y con riesgo
la libertad de los otros.
Cuando se me respeta el derecho de escoger según mi
consciencia.
Cuando acepto a los demás como son y no como yo desearía que
fueran.
Soy libre cuando solo la verdad puede hacerme cambiar de camino.
Cuando ante cada elección escojo, no lo que me agrada, sino
lo que me hace más persona.
Cuando hago que florezca la libertad a mi alrededor.
Soy libre mientras no me resigno a serlo.
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